ESICUBA, líder mundial en la suscripción de riesgos con intereses cubanos, arribó en 2018 a su aniversario 55, una experiencia que deberá reportar mayores beneficios a la economía nacional, opinó la directora de Desarrollo y Mercadotecnia de la entidad, Eliana Domínguez Oropesa.
Fundada el 9 abril en 1963, Seguros Internacionales de Cuba, S.A. (ESICUBA) registra actualmente más de 40 servicios y una masa de clientes superior a los 800, como resultado de varias décadas de gestión ininterrumpida y ascendente en el universo de los seguros y reaseguros dentro y fuera de esta nación caribeña.
Al decir de Domínguez Oropesa, la firma se halla “en un buen momento de madurez” debido a la experiencia de su núcleo central de dirección y al conocimiento sobre las características y las necesidades de los sectores estratégicos con vistas al avance económico de Cuba a corto y mediano plazo.
Especializa en seguros generales, reaseguro, recobro y salvamento, ESICUBA ofrece protección al patrimonio estatal cubano en cualquier sitio del orbe y a los intereses de los inversionistas extranjeros que operan en territorio de este país.
En sus orígenes, la empresa solo daba cobertura a la aviación civil cubana y al transporte internacional de mercancías, pero la cartera de negocios fue ampliándose para responder al fomento del turismo, las perforaciones petroleras en tierra y mar, así como a la mayor presencia aquí de inversiones con capital foráneo.
A partir de los años 1990, las facturaciones por primas pasaron de casi 30 millones de pesos anuales a más de 100 millones. El 2017 cerró con récord histórico superior a los 130 millones, mientras que la entidad reconoció obligaciones de pago por más de 290 millones debido a los daños ocasionados por el huracán Irma, explicó la funcionaria.
Según opinó, las responsabilidades adquiridas constituyen una cifra pequeña ante los daños totales estimados en más de 15 mil millones de pesos (con paridad al dólar), lo que denota la insuficiente cultura del sistema empresarial cubano en torno al papel de los seguros y su necesaria utilización.
Sería conveniente una mejor comprensión del tema: el seguro representa una herramienta clave para la eficiencia y la autonomía empresarial. Cuando cualquier organización adquiere una póliza, argumentó, está comprando la posibilidad de contar con capital adicional en los momentos de mayor necesidad, a sabiendas de que las pérdidas son inciertas en su monto y momento de aparición.
Al pagar una prima, agregó, están registrando un valor presupuestable, capaz de minimizar el riesgo y ofrecer estabilidad financiera, pues si bien las pérdidas pueden ser fortuitas e inciertas, tienen posibilidades de ocurrir.
Por ejemplo, en 2017 ESICUBA resultó de gran ayuda para la industria turística, acostumbrada a contratar los servicios del seguro a fin de proteger inmuebles, bienes en cuanto a su contenido, obras en construcción, así como a los viajeros.
A menos de 15 días del paso del huracán Irma por Cuba en septiembre del año pasado, “estábamos entregando más de 30 millones de pesos a las cadenas hoteleras y extrahoteleras; esto contribuyó a la recuperación de múltiples instalaciones para iniciar la temporada alta del sector el 1 de noviembre”, destacó la entrevistada.
Por la magnitud de los contratos, entre los principales clientes figuran también las industrias niquelíferas y de cemento, la aviación, las telecomunicaciones, las entidades dedicadas a las perforaciones petroleras en tierra y mar, el transporte internacional de mercancías y las construcciones.
En la actualidad, ESICUBA trabaja de “manera muy coordinada” con la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM): “Ahí tenemos un importante nicho de mercado si somos capaces de ofrecer servicios competitivos a escala internacional”, evaluó la profesora universitaria.
La legislación del país, abundó, concede la preferencia a las empresas nacionales de seguro, pero sobre la base de la competitividad; en caso contrario, las compañías foráneas podrían contratar los servicios en el exterior, con el autorizo previo de la Superintendencia de Seguros, adscripta al Ministerio de Finanzas y Precios.
Según confirmó, varios usuarios de la ZEDM disponen de contratos con Esicuba, entre ellos la terminal de contenedores Mariel, el consorcio belga BDC LOG (de logística y transporte) y las entidades cubanas Servicios Logísticos Mariel y Banco Financiero Internacional.
Similares arreglos establecieron la compañía vietnamita Thai Binh (producción de pañales desechables y almohadillas sanitarias), la holandesa Womy Equipment Rental (alquiler de equipos tecnológicos) y una asociación económica internacional cubano-francesa que ofrece servicios logísticos, ilustró.
Mientras otros usuarios del enclave, corroboró, sostienen negociaciones con ESICUBA a fin de suscribir los contratos correspondientes, tal es el caso de la española Profood Service y la empresa mixta cubano-española Logística Hotelera del Caribe.
Hasta el momento, las empresas cubanas con mayor acercamiento al universo de los seguros son las que operan de cara al comercio exterior o ejecutan inversiones con entidades foráneas, porque se han visto obligadas a ello. Como regla, el resto continúa a la zaga, observó Domínguez Oropesa.
Por el deterioro de sus niveles de actividad y obsolescencia tecnológica, no pocas industrias nacionales adolecían en años recientes de condiciones para ser sujetos de pólizas, pero esa situación ha ido cambiando. Hoy en día, razonó, el estado realiza cuantiosas inversiones en sectores claves con recursos propios y provenientes de créditos externos; entonces, resulta contraproducente que no busquen aminorar el impacto de los riesgos por la vía del seguro.
Tampoco, consideró, el seguro muestra el alcance que debería tener en ramas novedosas para el país como es el caso de las energías renovables; “hasta la fecha solo logramos firmar contrato con el proyecto de Biopower”.
Aparejado al huracán Irma, el gobierno puntualizó que, en lo adelante, el Presupuesto del Estado cubrirá las pérdidas empresariales en las actividades de interés para la nación, después de la cobertura que ofrezca el seguro. Esto debería verse “como señal clara” sobre la necesidad de cambiar conceptos y maneras de operar en el ámbito de la producción de bienes y servicios, enfatizó.
Como cualquier otra aseguradora en el mundo, precisó, ESICUBA dispone de mecanismos de aprovisionamiento con vistas a acumular los dineros para pagar cuando se produzcan las pérdidas; ello permitió captar importantes fondos ante la situación extrema ocasionada por el Irma. Dada la magnitud de los estragos materiales, “por primera vez nos vimos en la necesidad de usar todo el contrato de Reaseguro Catastrófico”, informó la especialista, quien distinguió las relaciones con los mercados de Londres y Europa continental.
“Los inversores extranjeros que han llegado a Cuba, relató, nos han hablado de sus corredores de seguros y reaseguros y de sus reaseguradores y son los mismos que trabajan con nosotros, lo cual facilita el trabajo conjunto.”
ESICUBA, señaló, goza de un sólido prestigio internacional, los tropiezos son a causa del boqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos: “cada año, narró, tenemos empresas reaseguradoras que se van de nuestras protecciones porque les entran intereses norteamericanos, pero cuando tienen la oportunidad de cambiar la situación, nos vuelven a solicitar entrar; es decir, tenemos un mercado fiel de reaseguradores y corredores internacionales, que llevan muchos años junto a nosotros”.
Abogados, ingenieros, licenciados en matemáticas, cibernéticos, comunicadores sociales, informáticos…, así de diversa es la composición de los empleados de ESICUBA. Domínguez Oropesa dice que todos llegan a ese mundo complejo y fascinante de los seguros en calidad de aprendices, pero se enamoran de la actividad y deciden quedarse, como le ocurrió a ella hace 24 años, recién salida de las aulas universitarias.